Artículos / 05.Mar.2020
Una crónica veterinaria de Eneko Jetxanoff.

Josefina cerró el portillo de madera con una cuerda de esparto amarrada a la última estaca de la valla y emprendió el camino de vuelta para encontrarse con su madre, que la esperaba con un almuerzo a base de torreznos, queso, algo de chorizo y café con galletas.

Entrevistas / 29.Ene.2020
Una entrevista a José Agüera Menéndez y José Manuel Fernández Rodríguez, socios del Centro Veterinario Tineo (Tinéu, Asturias).

José Agüera y José Manuel Fernández ejercen la profesión veterinaria desde hace más de treinta y cinco años. Un trabajo que inicialmente realizaron en solitario —durante cinco años el primero y diez el segundo—, hasta que se conocieron y creyeron que el asociacionismo era la oportunidad de mejorar sus condiciones laborales y, en consecuencia, su calidad de vida. Una acertada decisión que dura ya veintisiete años, y a la que más tarde se sumó su actual socio —Alberto—, con quien constituyeron la sociedad limitada Centro Veterinario Tineo —Tinéu, Asturias—.

Artículos / 04.Dic.2019
Una crónica veterinaria de Eneko Jetxanoff.

Procedente de la costa, cargada de salitre y yodo, ascendía la brisa por el valle bañado por la primera luz del día. Los rayos de sol hacían que el rocío, adormecido aún en las hojas de los verdes prados, se evaporase y abrazase el viento costero, inundándolo todo de una sublime fragancia estival.

Artículos / 01.Oct.2019
Una crónica veterinaria de Eneko Jetxanoff.

Me acercaba a Fonso y su apariencia, aceptable en la distancia, se marchitaba paso a paso, a medida que la cercanía me permitía apreciar el implacable paso del tiempo en su rostro. Gruesos y profundos surcos rayaban su cara. Su cabello, negro azabache dos metros antes, era más bien una grotesca masa de hebras y tinte barato, aplicado en grandes cantidades y sin aclarar, que le cubría también la piel de las sienes y parte de la frente. Le alcancé y me dispuse a estrechar la mano que me extendía, oscurecida por el barro, los excrementos de vaca resecados y las larguísimas uñas de luto cerrado. Sonreía con una blanquísima sonrisa apuntalada por una funda dental.