La sabiduría de la mujer rural
Artículos / 02.Nov.2020Un texto de Alarico de Roque, ganadero.
—A mi madre.
Entro en la finca que nos alimenta. Siento que me muevo a cámara lenta, como queriendo parar el tiempo sin poder hacerlo. Me arrodillo en el suelo y aprieto con mi mano un puñado de tierra negra. La acerco a la nariz mientras voy cerrando los ojos, y dejo que su aroma estimule mi olfato. Con el corazón todavía arrítmico, aflojo el puño y la tierra resbala entre mis dedos, cayendo de vuelta al suelo en compañía de una morriñosa lágrima.