Un artículo sobre la mafia que velaba por la seguridad alimentaria.
Si existe un prototipo de hombre hecho a sí mismo sin ningún tipo de escrúpulos, fue Alphonse Gabriel Capone, más conocido como Al Capone. Con una infancia tan atribulada como la época y la ciudad en las que le tocó vivir, este hijo de napolitanos emigrados a Estados Unidos en 1893 dejó los estudios siendo un adolescente que buscaba su autosuficiencia para escapar de una miseria galopante —y también de algún que otro delito— en la Nueva York del incipiente siglo xx. De la mano del capo Johnny Torrio, Alphonse se trasladó a la que, literalmente, sería su ciudad durante mucho tiempo: Chicago.