Un reportaje con Nuria Sánchez Vázquez, de Turismo de Galicia.
Es frecuente que algunas explotaciones busquen complementar los ingresos que perciben por la venta de la leche con otras actividades económicas. Un ejemplo es la venta de los animales machos que nacen en las granjas, aunque en ese caso es más la necesidad de deshacerse de ellos que la búsqueda de beneficio económico. Otra opción es el cebado de cerdos, ovejas o terneros de razas cárnicas, para su venta a vecinos de la zona o a carnicerías. También es habitual que algún miembro de la familia compagine su trabajo en la granja con un puesto en otra empresa o como trabajador autónomo esporádico. Se puede vender parte de la cosecha cuando tenemos excedentes —algo poco habitual— o arrendar parcelas que no utilizamos. La venta directa de leche cruda es una opción que se ha recuperado, tras haber pasado décadas desaparecida. Incluso las huertas que tenemos al lado de casas y establos pueden ser una fuente de ingresos, aunque a pequeña escala y de forma eventual.