Hibernar en la estación del miedo
Un poema de Julia Navas Moreno.
Ilustración: María Valiñas.
Caminar por los pasillos de puntillas.
Perder la voz, la risa, la elocuencia;
las ganas de pintarte los labios
y desafiar tu mirada frente al espejo.
Temes las puertas sin cerrojo y
su aliento en tu nuca;
los silencios que preceden
a la ira desatada;
sus labios finos y apretados
antes de sentir garras en tus muñecas
mientras susurra:
¿Por qué me haces esto?
Después,
la humillación, el golpe,
el suelo frío en tu mejilla,
la ropa arrancada,
la desnudez del alma,
el llanto agotado en la sequía…
Sueñas con la soledad de tu cama
y tanteas, desde tu ínfima esquina,
para comprobar la tersura
de la sábana al otro lado.
Buscas en un mapa imaginario
el punto más lejano
a sabiendas que, aun ligera de equipaje,
no habrá distancia ni techo seguro.
Entonces,
te haces un ovillo e hibernas.
Sueñas con su caída
es los malditos infiernos.
Despiertas.
No respiras, no sugieres, no opinas.
No paseas, no saludas, no miras.
Y te mueres de frío poco a poco
entre paredes de hielo polar.
JULIA NAVAS MORENO
—Avilés, 1966—. Licenciada en Historia del Arte, en 2014 publica la novela Esperando a Darian —Hades— y, un año más tarde, su primer libro de poemas: Confieso que he perdido el miedo. Su segundo poemario, Ombligos y Universos, ve la luz con la editorial madrileña Canalla Ediciones, la misma que editará su segunda novela, ¿Qué hay en una habitación vacía? —2018—, y su último libro de poesía: SIMULACRO —2019—. Participa activamente en recitales y actividades culturales de su ciudad de acogida —reside desde hace años en Gijón—, y sus poemas y relatos han aparecido en revistas y antologías diversas.
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