La herencia

Un cuento sufí.

Un anciano padre, viendo cómo se aproximaban sus últimos días, se propuso transmitir su herencia. Para ello llamó a sus tres hijos y les habló así:

«Queridos hijos, la herencia que os dejo es demasiado pequeña para dividirla en tres partes, por lo que se la entregaré toda a aquel de vosotros que demuestre más habilidad para cuidarla. Os dejo sobre la mesa una moneda para cada uno; con ella debéis comprar algo que llene la casa, y el que traiga aquello que más llene nuestro hogar será mi heredero».

Cada hijo cogió su moneda y se pusieron en marcha. El primero compró toda la paja que pudo y la esparció por la casa, llenando poco más que el suelo. El segundo compró todas las plumas que pudo y las extendió sobre la paja, cubriendo hasta las rodillas. El tercero compró solo una vela, esperó a que se hiciera de noche para entrar en la casa y la encendió sobre la mesa en la que su padre les había dejado las monedas, llenando de luz todo el hogar.

Siempre que hablamos de lo que queremos dejar a nuestros descendientes, de nuestra herencia, esperamos que esta sea también un mundo mejor. En Omnivoraz queremos contribuir a ese deseo con hechos, aportando la luz de la información veraz y voraz para iluminar donde solo hay oscuridad. Lee, cuestiona, participa y construye tu propia opinión.