La parábola de la atadura del camello — Omnivoraz

La parábola de la atadura del camello

Un relato sobre los límites imaginarios.

En algún lugar de la Ruta de la Seda, unos mercaderes interrumpieron su viaje para hacer noche en una posada. Cuando se disponían a amarrar a sus camellos, se percataron de que no había palo al que poder atar a uno de ellos.

Entonces, el líder del grupo tomó la cuerda y, en el vacío del aire, dibujó los gestos que simulaban el nudo de amarre, quedando el camello suelto. A la mañana siguiente, dispuestos a continuar la ruta, los camelleros fueron soltando y levantando, uno por uno, a los animales, pero al llegar a aquel que no había sido atado al palo, vieron que no había manera de moverlo.

Al llegar a aquel que no había sido atado al palo, vieron que no había manera de moverlo.

En ese momento el líder de los mercaderes recordó lo que había hecho la tarde anterior, así que se acercó a él, tomó de nuevo la cuerda y, en el vacío del aire, desdibujó el nudo de amarre, gesto ante el cual el camello se levantó con calma y se echó a andar.

Moraleja: muchas de nuestras ataduras son imaginarias, el resultado de actuar como dicta la mayoría. Que no te amarren al aire. Lee, analiza, reflexiona y construye tu propia opinión.

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